En un emotivo encuentro religioso, la feligresía luciteña conmemoró la festividad de San Antonio de Padua en el municipio Paz Castillo, el pasado sábado.
En el patio del hospital Luis Razetti, el presbítero Carlos González realizó la acostumbrada bendición de los panes, tomando en cuenta las medidas sanitarias para evitar la propagación del Covid-19.
El nacimiento de esta tradición en el municipio se remonta hace 70 años, a la idea de una de la fundadora del hospital, la enfermera Rosenda González, cuyo nombre se le asignó a la maternidad del hospital. González, en su juventud, fue monja y, una vez que colgó los hábitos, se trajo la imagen de San Antonio, de allí la rutina anual en el hospital.
«A pesar de los tiempos de pandemia que estamos sufriendo a nivel mundial, la fe continúa desde lo más profundo de nuestro corazón, en este día elevamos una oración a San Antonio de Padua para que bendiga a nuestro pueblo y al mundo entero», expresó el párroco de la entidad.
González relató el por qué a San Antonio se lo asocia con los panes y tiene que ver con un milagro ocurrido poco tiempo después que el religioso franciscano fuera declarado santo.
Uno de los milagros del santo tuvo como protagonista a un niño que se ahogó en un pozo de agua. La madre, desesperada, invocó la ayuda del santo e hizo una promesa: si le devolvía la vida a su hijo iba a darle a los pobres el mismo peso en pan que el peso del niño. Y el pequeño milagrosamente volvió a la vida. MIP-TUY/MR.