QUE TAL CONTERTULIOS. Hace muchos años, trabajé en el Hipódromo La Rinconada de Caracas, y en una oportunidad que necesitaba dinero para solucionar un problema importante, acudí a la caja de ahorros de ese instituto autónomo a exigir un préstamo; el resultado de esa petición que se podía resolver administrativamente en una semana o como máximo en dos, se tardaba demasiado y en consecuencia me acerqué hasta las oficinas donde resulta que el crédito estaba aprobado pero faltaban las firmas del presidente y secretario de finanzas de la caja de ahorros. Le pregunté a un amigo que trabajaba allí que si el presidente y tesorero tenían muchas solicitudes y éste me dijo que lo que pasaba era que el office boy estaba de reposo y no había quien llevara el documento aprobado de la oficina de Administración a las de la Presidencia y Tesorerías que quedaban al frente, a ocho pasos caminando. ¿Y no hay otro empleado que lo pueda llevar? No. Fue la respuesta. Lo que pasa, me explicó, es que aquí todos son jefes, y los que no lo son se comportan como tales. En otras palabras, muchos caciques y pocos indios; muchos capitanes y pocos marineros. Recordé este pasaje oyendo una entrevista el jueves pasado por Radio Caracas Radio por internet, donde José Domingo Blanco “Mingo” le preguntaba a la magistrada emérita de la desaparecida Corte Suprema de Justicia y dirigente de la Alianza Nacional Constituyente (ANCO) Blanca Rosa Mármol, del por qué la oposición estaba tan desarticulada y desunida. La magistrada respondió que lo que pasaba en la oposición es que todos los dirigentes querían ser líderes y los que son líderes consagrados no deseaban ser desplazados. Pero además, en sus zancadillas, o el quítate tú pa’ponerme yo, no se reflejaba preocupación por la gente del pueblo que es la que está sufriendo. Por supuesto, la magistrada Mármol hacía referencia a las diferentes actitudes tomadas por líderes de la oposición, en particular, la del excandidato presidencial y exgobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, quien le está haciendo el juego al régimen de Nicolás Maduro. La mayoría de los líderes y lideresas de la oposición (la verdadera, no la de la mesita) tienen la aspiración de llegar a la presidencia de la República, lo cual no es criticable, es muy legítimo en un político; lo criticable es la forma, el comportamiento de ese liderazgo ante el gran compromiso que tenemos todos los venezolanos y más que todo los dirigentes políticos de salir de esta crisis. Primero hay que gatear para después caminar. El objetivo primario es salir del régimen y pare esto se tienen que unir esfuerzos de todos los partidos políticos opositores, de su dirigencia que es la que tiene que manejar la batuta, porque la masa poblacional no puede hacerlo sino bajo la dirección de esa batuta, porque si no hay una dirección que venga desde arriba la lucha se convertiría en un caos, en una anarquía. Juan Guaidó es el líder reconocido por el mundo entero como el “presidente interino, encargado”, por casi sesenta países del mundo y en torno a él es que se deben adjuntar los otros líderes, además que ha demostrado cordura, resistencia y resiliencia. Claro, no las ha tenido todas con él, sobre todo en lo que respecta a las tres marías: Cese de la usurpación; gobierno de transición y elecciones libres. Por supuesto, para lograrse el reiterativo mantra el gobierno interino tenía que contar con el apoyo efectivo de las Fuerzas Armadas Nacionales (en plural, como se decía antes). Salir del régimen, por muy débil que esté, no se logra soplando y haciendo botellas, se logrará con esfuerzos unitarios y con la mente puesta en el objetivo principal, primario, que consiste en salir del régimen de Nicolás Maduro y su combo. Luego, después de la salida del régimen y con un gobierno de transición (el mantra no está demodé) ya pueden pensar los líderes en la candidatura presidencial, están en todo su derecho, es una aspiración muy legítima en un político, pero en y durante el gobierno de transición. Las cosas tienen que establecerse en un orden temporal, lo primero es lo primero y después lo demás. *** EL PAÍS ESTA VIVIENDO unas situaciones que no se le hubieran ocurrido a Kafka, a Gabriel García Márquez, a George Orwell, ni a Albert Camus; mucho menos imaginables por nosotros, simples mortales: tenemos el país de la más alta inflación del mundo; de exportador de petróleo y gasolina, a importador del combustible; de tener una moneda estable (en los años 1956 y 57 el bolívar fue más fuerte que el $) a no tener moneda, ni papel moneda; de donde se contrabandeaba la gasolina hacia Colombia, ahora se contrabandea de Colombia para acá; de país con la más alta inmigración en el siglo pasado, a la más alta emigración de sus connacionales. Estos son los logros de la revolución socialista del siglo XXI.
*** BUENO, APRECIADOS AMIGOS, será hasta la próxima semana, Dios mediante.
Adolfredo Carrillo
@adolfredocarril;
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