La queja es constante entre la ciudadanía. Muchos conductores denuncian que mientras deben permanecer más de 12 horas en colas, otros pagan por un ticket de suministro de combustible a los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y pasan sin hacer la cola por orden de llegada
Conductores de Caracas y del interior del país han denunciado constantemente la existencia de colas preferenciales o “VIP” para allegados a los funcionarios que controlan las estaciones de servicio o por pagar una comisión extra, mientras que la mayoría debe resignarse a esperar horas y horas para poder surtir sus vehículos de gasolina.
A través del canal informativo de #CocuyoWhatsApp, empleado por el portal Efecto Cocuyo, los usuarios consultados expresaron su descontento con el control y la distribución del combustible en el país. Los conductores denunciaron que mientras deben permanecer más de 12 horas en colas, otros pagan por un ticket de suministro de combustible a los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y pasan sin hacer la cola por orden de llegada.
Mientras el combustible se agota, la tensión entre los conductores y los efectivos que controlan las estaciones de servicio va en aumento. En las últimas semanas, los ciudadanos han alzado sus voces y han protestado por las fallas en el suministro, lo que ha generado detenciones, represión, protestas y un país indignado tras la escasez del combustible.
De acuerdo con el informe publicado por el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), lo que caracterizó la conflictividad social en agosto de 2020 fue la escasez de gasolina: “más de 30 detenidos y casi la mitad de las protestas registradas fueron por esta exigencia”, señala el documento.
Se quejan todos
Andrea Torres denunció que en la estación de servicio Anauco, ubicada en la parroquia San Bernardino, en Caracas, existe una segunda cola controlada por los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), donde las personas cancelan entre $10 y $20 para llenar el tanque “más rápido”. “Mis padres vieron la cola ‘VIP’. Me comentaron que no era de 20 carros. Había al menos 100 carros en esa fila, y duraban entre 4 a 5 horas. En comparación a las 12 horas de cola del otro lado, no es nada”, señaló.
La semana pasada, sus padres pasaron hasta cinco días seguidos haciendo cola para poder abastecer sus vehículos y no fue hasta el pasado lunes cuando pudieron cargar el tanque de uno de sus carros.
Durante esos días, los funcionarios cerraban la estación de servicio a las 5:00 pm y despachaban al día siguiente. En una oportunidad, uno de ellos le dijo a su madre que si le colaboraba con refrigerio para todos los funcionarios que controlan la bomba, él la dejaba pasar para abastecer el vehículo. “En esa bomba son que si 60 guardias, sin contar a lo bomberos. Es absurda la cantidad de gente”, denunció Andrea.
Euro Vino, por su parte, escribió que los funcionarios de la GNB que controlan la estación de servicio en la avenida los Mangos, en La Florida, tienen unos conos al frente del McDonald’s, donde los familiares de los militares, colegas y las personas que pagan en divisas, hacen su fila para pasar a la bomba más rápido.
Explicó que, junto a un grupo de personas, reclamó esta situación a los funcionarios, pero la única respuesta que obtuvieron fue la amenaza de no despacharles gasolina y sacarlos de la fila kilométrica. “La bomba es subsidiada, pero si te paras en el McDonald’s, ves cómo ellos paran la cola para pasar a los que pagan, a los recomendados y a los militares. Yo hice la cola desde el viernes pasado a las 2:00 pm para surtir el sábado, salí a las 11:00 am. Todo el mundo ve estos abusos, pero nos quedamos callados para no perder el puesto”.
El lunes, Marcos Contreras (nombre ficticio) pudo evidenciar cómo los uniformados crearon una entrada especial VIP, en una estación de servicio que se encuentra en la avenida Victoria, en Caracas. “Los funcionarios paraban la cola de las personas y le daban acceso a sus colegas, a sus amigos y a todo aquel que pagaba hasta $10 para pasar sin hacer la cola, dejando nuestra fila estancada y a la espera mientras ellos crean sus famosos cupos VIP”, denunció.
Contreras explicó que mientras realizaban “la trampa”, los oficiales solo le daban acceso a los vehículos con la tapa del tanque hacia el lado izquierdo, “para no levantar sospechas”. En su caso, la boca del tanque se encuentra del lado derecho, por lo que tuvo que esperar que pasaran todos los “coleados” de la cola VIP para poder surtir. Aproximadamente duró hasta 5 horas en la cola de la bomba “premium”.
En el interior
En la estación de servicio Río Tuy, ubicada en la vía Cúa-Charallave, en el estado Miranda, y que según el plan gubernamental es únicamente para abastecer al transporte público, la historia se repite, solo que en este caso las personas pagan hasta $10.
El señor Mario Cárdenas (nombre ficticio), que trabaja en la ruta interna del bloque de transporte Cúa-Charallave, denunció que los funcionarios que controlan la bomba “se burlan” de los conductores que se encuentran en las colas.
“No hay orden. Los funcionarios no respetan el orden de llegada, hay colas VIP y pasa cualquier persona si paga la vacuna de $10. Esto lo que propicia es que terminan surtiéndonos menos litros al gremio del transporte público”, denunció.
Cárdenas también mencionó que los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) son los encargados de controlar cuántos litros se le debe vender a cada trabajador, lo que le parece injusto. “Le despachan 30 litros a los taxistas y a las personas con Encavas solo 60 litros. No nos llenan el tanque completo porque dicen que hay racionamiento de gasolina”, denunció el transportista.
Una semana en cola
El señor Luis Mata (nombre ficticio) denunció que estuvo una semana en una cola en la encrucijada de Turmero, estado Aragua, donde pudo evidenciar que solo pasaban 40 vehículos de la cola legal y hasta 100 vehículos de la cola “de los enchufados”. “De sábado para domingo, esa semana que estuve llegaron 18.000 litros de gasolina a la estación de servicio. Sin embargo, empezaron a despachar el día lunes solo a 50 carros que se encontraban en la cola. Cuando avisaron que ya no quedaba gasolina, los militares nos dijeron que la bomba solo prestaba servicio a los policías y casos especiales. Ellos sí podían llenar sus tanques”, refirió.
Antonella Freites Franco | Efecto Cocuyo