Freddy Alvarado, trabajador del laboratorio de la refinería El Palito, explicó a TalCual que no es un problema específico de la gasolina proveniente de Irán, sino que este cambio en las características del combustible en todo el país obedece más bien a la situación de las refinerías venezolanas.
Debido a estas fallas, a lo mejor que puede llegar la industria actualmente con cierta estabilidad es a un índice de octanaje entre los 80 y 83. Esto significa que se encuentra entre 11 y 8 puntos por debajo de la gasolina de 91 octanos; y entre 15 y 12 puntos por debajo de la gasolina de 95 octanos, las dos opciones que ofrecen las estaciones de servicio en Venezuela, adaptadas a las necesidades del parque automotor nacional.
Este cambio brusco en el tipo de gasolina se debe al octanaje, sin embargo ¿En qué afecta esto a los vehículos? Contrario de lo que se suele pensar, mayor octanaje no es sinónimo de mayor combustión o de más potencia. En realidad es casi lo opuesto.
Por el contrario, si el octanaje es inferior al requerido por el vehículo, la mezcla tenderá a detonar como producto de la compresión, y no de la chispa transmitida por la bujía. Por lo tanto, la detonación ocurrirá antes de tiempo, provocando un mal funcionamiento que suele ser denominado como «autoencendido».