Tan solo unos metros separaban a Nicomedes Rodríguez, de Zoraima Valladares en la morgue de Caracas. Aunque desconocidos, ambos atravesaban el dolor de perder un hijo.
Nicolás Rodríguez, empleado de seguridad de Televen, acudió este lunes a la morgue de Bello Monte, en Caracas, en busca del cadáver de su hijo, Jhonny Rodríguez, de 30 años de edad, asesinado a las 6:00 de la tarde del domingo, en el sector Carapa de Antímano.
Jhonny, contó, estaba en compañía de un amigo en una moto. Ambos fueron sorprendidos por una pareja de motorizados, quienes les dispararon, pero solo lograron herir al primero, de al menos diez disparos. El acompañante de la víctima huyó corriendo y aún se desconoce su paradero.
El padre del fallecido dijo que su hijo era obrero de la construcción y para él «lo más grande del mundo, porque un hijo para uno es lo más grande», dijo, aunque fue honesto al responder que no sabia si el crimen se debió a un intento de robo o a problemas entre Jhonny y los agresores.
El hombre no cree que haya fórmulas para acabar con la delincuencia y si las hay «no sé cómo se podrá hacer». «Que el Gobierno tome las medidas que considere necesarias, aunque pareciera que las medidas las debería tomar uno mismo», dijo. Para Nicomedes Rodríguez, todas las zonas de Caracas son peligrosas. «La inseguridad es lo tremendo acá. Ya prácticamente uno tiene que estar guardado en su casa todos los días a las 6:00 de la tarde, porque corres peligro», concluyó.
Para robarle moto
Tan solo unos metros separaban a Nicomedes Rodríguez, de Zoraima Valladares en la morgue de Caracas. Aunque desconocidos, ambos atravesaban el dolor de perder un hijo, en casos similares pero aislados. El primero, pausado y sereno, la segunda, destrozada y suplicando en medio de su llanto algún remedio a la desgracia.
«Me mataron a mi hijo. Mi hijo era inocente. Si hubiera sido un malandro, pero no, él era un muchacho sano», repetía Zoraima Valladares, en un intento por narrar cómo asesinaron a su hijo César Vargas (22), para robarle una moto Empire en Barrio Unión de Petare, a las 5:00 de la tarde del domingo.
La mujer perdió a su esposo en manos del hampa hace apenas seis meses. Se llamaba César Blanco (33) y era conductor de la línea Pablo Sexto. Fue asesinado cuando asaltantes intentaron quitarle su carro Chevrolet Malibú, en el barrio Maca de Petare.
Tras la muerte del taxista, Zoraima quedó viuda y a cargo de la crianza de sus seis hijos. César Vargas, de 22 años, el mayor de ellos, comenzó a trabajar como mototaxista para ayudarla en la manutención. «Él estaba trabajando duro para ayudarme. Yo lo ayudé a comprar esa moto hace dos meses y ahora me lo mataron para robársela», contó entre llanto.
Valladares dijo que uno de los homicidas de su esposo fue detenido y actualmente paga prisión en Yare. Sin embargo, nada tiene que pedir a las autoridades por el crimen de su hijo. «Para qué hago el llamado? De qué sirve la justicia si no hacen nada. Todos los valores se han perdido y las que sufrimos somos las madres», comentó.
En Mariches
El tercer motorizado asesinado este fin de semana fue Eduardo Luis Bello, (19). El hecho se registró en el barrio Las Malvinas, sector El Güinche de la carretera Petare-Santa Lucía.
La víctima salió con un amigo en moto a comprar cervezas cerca de su casa, cuando lo interceptaron motorizados y les dispararon. La víctima recibió un disparo en el cuello y otro en el abdomen.
Martín Vegas, abuelo del joven, dijo que su nieto fue trasladado al CDI de Chaguaramas y luego al hospital Domingo Luciani, en El Llanito, donde murió. «Eso pasa constantemente, día por día, lamentablemente es así», comentó.