Miles de musulmanes se echaron hoy a las calles de todo el mundo para protestar contra una extraña película burlesca sobre la vida del profeta Mahoma, cuya autoría se desconoce y un extracto de la cual ha sido divulgado por internet.
El objetivo de este nuevo «viernes de la ira» han sido las embajadas de Estados Unidos repartidas por países de extremo Oriente, Asia Central, Oriente Medio y África, frente a las cuales al menos cuatro personas murieron y decenas más resultaron heridas.
Los sucesos más cruentos se produjeron en Sudán, donde fallecieron tres personas, y en la ciudad septentrional libanesa de Trípoli, donde una persona más perdió la vida en una protesta en la que resultó incendiado un restaurante de una conocida cadena de comida rápida norteamericana.
Mohamad Abderrahim, miembro de la Organización Popular para la Defensa del Profeta de Alá en Jartum, explicó a Efe que una de las víctimas mortales fue atropellada por un coche policial, mientras que las otras murieron por disparos de las fuerzas de seguridad.
Los congregados llegaron a la sede diplomática tras irrumpir brevemente en las embajadas británica y alemana, en el centro de la ciudad.
Los incidentes también fueron especialmente graves en Túnez, donde un grupo de islamistas radicales intentó asaltar la sede diplomática y se enfrentó a las Fuerzas de Seguridad, que los repelió con disparos y gases lacrimógenos.
Testigos indicaron que al menos cuatro personas resultaron heridas durante la escaramuza, cuando trataban de lanzar cócteles molotov contra el edificio, del que emergió una espesa columna de humo negro.
Los fanáticos también redujeron a cenizas parte del Colegio Americano en la ciudad.
Horas antes, y también tras la oración comunitaria de los viernes, decenas de iracundos musulmanes se concentraron frente a la embajada norteamericana en Yakarta al grito de «muerte a Estados Unidos» y «muerte a los judíos».
Los congregados corearon consignas como «Estados Unidos es el responsable de la islamofobia en el mundo» y exigieron disculpas a Washington por un filme satírico que ha sido atribuido tanto a un productor de origen judío como a los miembros de la comunidad copta (cristianos de Egipto) afincada en territorio norteamericano.
Las provocativas imágenes, que duran 14 minutos, circulan en internet como el avance de una supuesta película que nadie recuerda haber visto.
Su difusión en la red coincidió con el aniversario del atentado del 11 de septiembre de 2001 en Washington y Nueva York y desde entonces ha desatado una oleada de indignación, que estalló este día de oración en toda su virulencia.
En el Cairo, decenas de islamistas, en su mayoría salafistas (rigoristas islámicos) pero también miembros del ala más beligerante de los Hermanos Musulmanes tomaron la emblemática plaza de Tahrir al grito de «Alá es el más grande» y «con nuestra alma y nuestra sangre defenderemos el Islam».
La situación es especialmente delicada en Egipto, donde el nuevo presidente, el islamista Mohamad Mursi, debe lidiar con las presiones de los elementos más radicalizados y defender la alianza con EEUU, pieza fundamental para su debilitada economía.
El miércoles, dos días después de que grupos salafistas asaltaran la sede diplomática estadounidense en el Cairo, el presidente egipcio condenó en Bruselas «las difamaciones al profeta» y dijo estar «totalmente en contra de los eslóganes que lanzan tales provocaciones».
Un día después en Roma, calificó los ataques a las embajadas de «pueriles» e «irresponsables» y afirmó que «no tienen otro efecto que alejar la atención del mundo de los verdaderos problemas como la situación Siria y la cuestión palestina».
Manifestaciones de protesta similares también tuvieron lugar en otros países de mayoría musulmana como Marruecos, Nigeria, Argelia, la India, Afganistán, Jordania, Palestina, Pakistán, Irak, Bangladesh, y Turkmenistán. EFE