ROMA.- La frágil coalición que gobierna Italia, que ya tiene inconvenientes para contener sus profundas divisiones sobre política económica y fiscal, sumó el viernes un nuevo problema tras la confirmación por parte del tribunal supremo de una condena a Silvio Berlusconi por fraude fiscal.
Solo tres meses después de que el primer ministro de centroizquierda Enrico Letta asumiese su cargo como jefe de una incómoda coalición junto con el partido Pueblo de la Libertad (PDL) de Berlusconi, la tercera más grande economía de la zona euro vuelve a quedar sumida en la incertidumbre.
Letta repitió el viernes que Italia tiene que tener un Gobierno estable, y dijo que lo último que necesita es verse arrastrada a peleas políticas.
Sin embargo, todo depende de la impredecible respuesta de Berlusconi. El multimillonario de 76 años y sus simpatizantes han reaccionado encolerizados a la condena de prisión, en la primera sentencia que recibe después de decenas de juicios durante sus 20 años en política.
Si bien es improbable que Berlusconi vaya a prisión debido a su edad, la decisión supone un revés sin precedentes para él y podría hacer que pierda su escaño en unas semanas con una probable votación en septiembre que lo expulse del Senado.
El político y empresario aseguró el jueves que seguirá su actividad política bajo el nombre «Forza Italia» de su primer partido y que tratará de conseguir una reforma del sistema judicial, mientras aumentan las especulaciones de que su hija Marina lo sustituirá al frente del PDL.
Hasta ahora Berlusconi no ha dado señales de que quiera provocar la caída del Gobierno y llevar a Italia a nuevas elecciones, pero las de por si bajas perspectivas de que se produzcan reformas significativas que pongan en marcha la paralizada economía del país y reduzcan su enorme deuda pública han disminuido aún más.
En este escenario será difícil que se consigan acuerdos sobre cuestiones polémicas como las privatizaciones previstas o el polémico impuesto IMU a la vivienda que Berlusconi quiere eliminar, pero que dañaría las ya maltrechas finanzas públicas.
«Depende del PDL», dijo a Reuters el viceministro de Economía Stefano Fassina, del Partido Democrático. «No es algo que pueda arreglarse en las próximas horas sino en las próximas semanas, tendremos que arreglar la cuestión del IMU, y en un asunto como este no puede tratarse solo de los intereses personales de Berlusconi», agregó.
Los problemas podrían provenir también del bando de Fassina, ya que hay mucho descontento en el centroizquierda con la perspectiva de mantener la alianza con un defraudador fiscal condenado. Además, se espera que el ambicioso y joven alcalde de Florencia Matteo Renzi presente su candidatura a dirigir el PD.
Agencias