En la morgue de Bello Monte, Edgar Sánchez exigió justicia. Dijo que los asesinos de su hijo Raúl Sánchez Palacios, fueron tres delincuentes. El líder conocido como “Jhonny”, actuó en complicidad con “El Bata” y “Arévalo”
En el hospital Domingo Luciani, en El Llanito, murió este domingo Raúl Sánchez Palacios, de 25 años de edad, obrero de la construcción que fue herido a cuchilladas y con vidrios de botellas la madrugada del 20 de julio pasado, en Guarenas.
El día del hecho, el joven regresaba de una fiesta con su novia. Sánchez dejó a la mujer en su casa, pero camino a su vivienda fue sorprendido por delincuentes que le tendieron una emboscada para robarle su teléfono Blackberry.
El obrero recibió siete heridas punzocortantes con un cuchillo. Los hombres lo lanzaron contra el piso y se le fueron encima con un pico de botella con el que le cortaron la cara, según contó su padre Edgar Sánchez, quien este lunes retiraba el cadáver de la morgue de Bello Monte.
El hombre dijo que las heridas que recibió su hijo dejaban muy pocas esperanzas de vida, porque le perforaron los dos pulmones y una de las lesiones le afectó la médula espinal. Estuvo inconsciente varios días y cuando se recuperó había perdido parcialmente la memoria. El domingo murió a consecuencia de una obstrucción intestinal que le provocó un paro.
Edgar Sánchez exigió justicia. Dijo que los asesinos de su hijo fueron tres delincuentes. El líder conocido como “Jhonny”, actuó en complicidad con “El Bata” y “Arévalo”. Aseguró que los azotes siguen ocultos en el barrio, donde gozan del amparo y complicidad de sus familiares. “De qué vale la policía si no va por ellos? Esa gente está en la calle después de asesinar a mi hijo”, agregó.
AA