A pesar de que dice que su novio era muy celoso, Mirta se casó a los 18 años y al poco tiempo quedó embarazada.
«Una vez que viene el hijo estaba feliz hasta que a los siete meses me pegó y ahí empezó la angustia y el dolor, es decir, todo lo que había sucedido anteriormente era parte de su forma, su estilo de violencia psicópata. Pero cuando ya me pegó y no respetó a su hijo en la panza dije: no sé lo que puede pasar después»
A partir de entonces, asegura que su vida se convirtió en un calvario.
«Discutimos, él me gritaba por cosas que tenía que hacer y cuando le contesté me dio un puño en la mandíbula. Ahí caí desmayada con pérdida de conocimiento, se asustó y con la familia me llevaron a un médico del barrio que era el médico de la familia”, relata Mirta con los ojos llenos de lágrimas mientras rememora el momento.
Sin embargo, enseguida se compone y prosigue: “No me llevó a un hospital. Cuando pude reaccionar estaba en el consultorio del médico, yo no podía ni mover la mandíbula. Después me llevó a comer a una pizzería de un tío y es como que todo quedaba ahí, nadie sabía y después venía al día siguiente con un regalo, zapatos, una cartera. Típico: discúlpame, perdóname».
Mirta asegura que vivió momentos muy difíciles. “Pasé por todas. Éstas son las que puedo contar y muchas otras que prefiero guardarlas conmigo por respeto a mis hijos porque fueron más violentas», explica.
La separación
Luego de nueve años de maltrato, Mirta reaccionó el día en que su hijo mayor presenció una golpiza.
«Sergio se quedó ahí, lo abracé, era muy chiquito … ocho años, muy menudito y me miraba con esos ojitos grandes bien de turco, y me dice ´mamá: ¿nos separamos de papá?´. Imagínate que un nene te diga eso. Fue muy violento, yo dije: tengo que hacerle caso a mi hijo, tengo que defender a un nene de ocho años y otro de dos años. Un hijo que me está llamando a la reflexión: Mamá protégenos, mamá defendenos»
Mirta se separó en 1983 y nunca denunció a su marido. Hoy es una persona reconocida que incluso, por pedido de sus hijos, asistió a su exmarido en sus últimos días de vida hasta que murió hace cinco años víctima del cáncer y problemas cardíacos.
«No me importaba que hablara pestes de mí, ya no me importaba, ya no me dolía, ya no me afectaba porque sabía que estaba fuerte y que todo lo que estaba haciendo era por mi hijo. Muchos me cuestionan, ¿por qué lo ayudaste? Porque me lo pedía mi hijo. ¿Cómo les decís a tu hijo no, no lo ayudo a tu padre?», se pregunta
A pesar del dolor y el rencor, Mirta siempre quiso que sus hijos tuvieran una relación con su padre. Por eso, ella trató de ayudarlos en la última fase de vida de su exmarido.
«Quien se ocupó todo el tiempo fue el más grande, Sergio, y el más chico, con el cual tenía una distancia importante, fue al que esperó porque quería verlo. Murió en sus brazos. Y la enfermera le dijo: ‘tu papá me dijo que él estaba acá gracias a tu mamá, a su exmujer’. Creo que en el fondo pidió perdón, y por qué no lo voy a perdonar»
Sin embargo, Mirta remarca que le tomó mucho tiempo poder superar la situación. «También lo odié, también le deseé la muerte, que se muera él o que me muera yo. Muchas cosas negativas tuve en mi mente, no es que fue amor y paz toda la vida. Creo que el amor y la paz empezaron a partir de que me fortalecí como persona, cuando me sentí visible ante la gente, porque ya sabía que él no iba a poder tocarme otra vez, porque quizás cuando me convertí en una persona conocida él se iba a a cuidar un poquito más. Pero antes le deseé todo lo que se me pudiera ocurrir, todo lo que nos pasa a cualquier mujer golpeada, lastimada»
Ella se considera una sobreviviente porque hay secuelas que aún hoy la acompañan. «Yo nunca más formé pareja, siempre viví sola, quizás tiene que ver con el temor de quedarme con un hombre a solas, quizás esa barrera que no pude superar de creerme la peor o la más fea”, cuenta emocionada.
“Hay cosas que te van quedando y que no las superas fácil, a pesar de los 30 años de haber sucedido esto. Pero bueno, en realidad no quiero que me vean mal, quiero que sepan que yo salí, que pude estar en televisión y sentirme importante.»
Hoy Mirta es diputada nacional y dice que, además de apoyar la lucha contra los femicidios, quiere trabajar para la consigna #NiUnaMenos pronto sea una realidad.