Con la llegada de la era digital y la revolución tecnológica que estamos viviendo cada vez más las prótesis y las mejores físicas han llegado al nivel de superar a las películas y la ciencia ficción
Ocurre un accidente, alguien pierde una mano o una pierna, ve reducida sus capacidades, ya no puede hacer lo que antes, ve reducido su mundo a los confines de una sala de hospital o de su propia cama. Necesita la ayuda de sus familiares o de los enfermeros para realizar las tareas más simples, tareas que antes de daban por sentando.
Pero no tiene por qué ser así, científicos de todo el mundo aglutinan sus esfuerzos para crear maquinas y aparatos que no sólo vencen las discapacidades impuestas por la fatalidad sino para también darle al ser humano a nuevas posibilidades, impensables para nuestros padres.
El caso más conocido es el del atleta Oscar Pistorious. Más allá de los problemas legales que ha tenido en años recientes, es un ejemplo de cómo la tecnología permite romper barreras: un deportista paralimpico que, a falta de piernas, tiene un parte de prótesis que no solo le permiten correr sino también ser la primera persona con una discapacidad física en participar en la Olimpiadas, no sin causar controversia: alguno temían que sus prótesis fueran demasiado avanzadas y le dieran un ventaja por sobre otros participantes.
Con la llegada de la era digital y la revolución tecnológica que estamos viviendo cada vez más las prótesis y las mejores físicas han llegado al nivel de superar a las películas y la ciencia ficción: partes biónicas, exoesqueletos que aumentan las fuerza humana, prótesis oculares y auditivas, órganos sintéticos, lentes holográficos, realidad virtual y otro sin número de innovaciones que desdibujan la línea entre el hombre y la maquina.
Rememorando
Pese a lo que se podría pensar a primera vista, el desarrollo de prótesis para personas amputadas no es un invento de la era posmoderna: los antiguos egipcios lo hicieron primero.
La primera prótesis de la que se tiene registro es la de un dedo gordo hecho de cartonaje –una especie de mezcla de papel maché, lino, pegamento y yeso- hallada en el pie de una momia de más de 3,000 años de antigüedad en el actual poblado de Luxor. La extremidad falsa, conocida como Dedo Greville Chester, tenía una función meramente estética, cuenta la revista Quo en su edición de septiembre 2014. Pero existió otra -también un dedo gordo de casi la misma antigüedad, hecho de madera y cuero- que apelaba 100% al fin de una prótesis: proveer movilidad, relata un reportaje publicado el 11 de octubre en el portal CNN Expansión.
Desde esa primera iniciativa alrededor del mundo se han diseñado diversos dispositivos con materiales que van desde la madera, cuero, hierro, cobre y metal hasta sofisticados sistemas que incorporan fibras de carbono, baterías, microprocesadores e incluso sensores que funcionan con la mente para mejora ayudar a las personas que por algún motivo han perdido una extremidad.
El futuro es ahora
Junto con las partes prostáticas, principalmente brazos y manos, con censores especiales que les permite a su usuarios controlarlos con la mente, una de las mayores revoluciones en el campo de las prótesis son los exoesqueletos: estructuras mecánica que se adapta al cuerpo de la persona para tratar de compensar o mejorar sus condiciones físicas.
La empresa ReWalk ya cuenta con la aprobación del gobierno de Estados Unidos para comercializar el exoesqueleto robótico, que ayudará a caminar a personas con problemas en la médula espinal. El aparato sujeta las piernas y el torso de la persona que tenga limitaciones para sentarse, levantarse y caminar. Éste cuenta con una estructura de metal y es accionada por motores que producen los movimientos de las caderas, piernas y el tobillo. De igual manera, la persona debe utilizar muletas para sujetarse.
Asimismo, desde el Gobierno del país norteamericano ha empezado a explorar los posibles usos militares para dicha tecnología: con un exoesqueleto un soldado en el campo de batalla podría realizar marchar más largas, cargar más peso y realizar tareas que antes eran imposibles para ellos, y todo esto sin colocar sobre la persona un mayor estrés.
Niño superheroe
Alex, un niño estadounidense de siete años que nació con un problema de desarrollo, el cual afectó su brazo derecho, recibió una prótesis biónica de manos de Iron-Man: Robert Downey Jr, quien interpreta al superhéroe.
Esta prótesis fue creada por Albert Manero, estudiante de ingeniería, que construye y dona extremidades biónicas creadas en impresoras 3D a niños de todo el mundo.
Por: Luís Guillermo Valera / lvalera@diariolavoz.net