Denunciaron que ayer llegaron dos gandolas de harina precocida y solo despacharon a 150 restaurantes y 150 comercios pequeños. La mayoría de los clientes quedó “mirando para los lados”
Bodegueros y encargados de restaurantes el mediodía de ayer tomaron la entrada de Makro de Charallave y no permitieron el ingreso ni salida de ese recinto en protesta a lo que calificaron como una pésima distribución de los productos regulados.
Las personas se enardecieron porque pasadas las 10 am, les notificaron que se había acabado la harina precocida, cuando solo habían despachado a 300 clientes y presuntamente al local llegaron dos gandolas full de ese producto.
Denunciaron que los trabajadores de ese establecimiento, el personal de la Sundde y funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, hacen y deshacen con la mercancía, no importándoles si se abastecen los usuarios registrados en dicho lugar.
“Este problema tiene más de dos meses, hay una mafia entre los de precios justos, la guardia y el personal de Makro, pues ellos obtienen los rubros sin ninguna limitación, mientras que a nosotros los bodegueros nos venden con restricción”, detalló Rafael Hernández, comerciante de Santa Teresa del Tuy.
Agregó que diariamente reparten de 80 a 100 números y la mayoría de las personas registradas se quedan sin comprar. “Nadie controla a los trabajadores de Makro, ellos se llevan la mercancía que quieren, también pedimos que remuevan a la comisión del Sundde que está en el lugar, porque hace lo que le da la gana. No nos venden a nosotros para luego revender los productos a los ‘bachaqueros’, un bulto de harina lo comercian hasta en 4 mil Bs”, aseveró.
A la protesta acudieron funcionarios de Policharallave, Polimiranda y la GNB para evitar que se registraran conatos de saqueo.
“Nos sentimos impotentes, ya que nadie nos da solución, los gerentes de Makro no hacen para solventar este problema”, destacó.
María Herrera, otra de las manifestantes, indicó que funcionarios de Polimiranda retuvieron a 10 personas y le decomisaron 11 bultos de harina a una empleada de la Sundde, que los mantenía dentro de un vehículo.
MIP-TUY Agencia/Milagro Castillo
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