La lucha contra el latifundio ha sido justa, en tanto que de 30 millones de hectáreas para el año 1998 solo estaban en producción 2 millones de ellas
Elías Jaua Milano
En este momento cuando algunos propios y todos los extraños se empeñan, de manera oportunista, en satanizar la justa y necesaria política de nacionalizaciones emprendida por nuestro comandante Chávez, estoy obligado a quebrar lanzas en defensa de la misma. En tal sentido, pretendo exponer en este artículo de manera resumida la real dimensión de lo nacionalizado, en la mayoría de los casos mejor es decir renacionalizado, en el total de la economía y los fundamentos de derecho y de justicia, el contexto, los logros, las dificultades y la fallas cometidas en la aplicación de la misma.
El derecho
La mayoría del pueblo venezolano, en 1999, aprobó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que contempla en sus artículos: 133, “No se permitirán monopolios”; 302, “El Estado se reserva (…) industrias, explotaciones, servicios y bienes de interés público y de carácter estratégico”; 307, “El régimen latifundista es contrario al interés social”; 184, numeral 4, “La participación de los trabajadores, trabajadoras y comunidades en la gestión de empresas públicas”; entre muchos otros artículos, donde se puede demostrar que la política de nacionalización del comandante Chávez no fue un capricho, sino el cumplimiento de un mandato constitucional.
Lo dicho por Chávez
En todos los tiempos y todos los lugares, especialmente a partir del año 2006, nuestro comandante Chávez dejó muy claro el rumbo de nuestro socialismo bolivariano, muy alejado de cualquier remedo socialdemócrata, y los principios que sustentan nuestro modelo económico productivo. Leamos algunos de sus pensamientos:
“La base amorosa, la base social, socialista, espiritual, y luego la base económica, la propiedad social de los medios de producción, para que la producción se convierta de un mecanismo de explotación del hombre por el hombre, como lo es en el capitalismo, en un mecanismo, en un proceso de liberación del hombre, y de lucha y derrota contra la miseria y la pobreza y el atraso”. Agosto, 2011.
“La lucha es contra el latifundio, tenemos que liberar de la esclavitud a muchos venezolanos y venezolanas que siguen siendo esclavos en los campos venezolanos”. Diciembre, 2011.
“La nacionalización es para continuar construyendo la patria socialista y la soberanía del país”. Octubre 2010.
“Somos un país recuperando sus riquezas para ponerlas al servicio del pueblo”. Julio 2008.
“Me la juego con clase trabajadora”.
Hacer justicia
Se afirma de que las llamadas expropiaciones realizadas por la revolución fueron un error, sin reconocer siquiera las razones y el contexto en que se produjo la política de nacionalización. Veamos en los siguientes tres casos ¿quién expropió a quién, quién explotó a quién?:
-Comunidades Yukpas en la Sierra de Perijá: Relatos de religiosos, de mediados de 1940, reflejan esta realidad: “Por 5.000 bolívares compran armas, víveres y alambres de púas, limpian y cercan unos 5ms.2, ahuyentando o matando a todos los indios… Luego hacen una solicitud de tierras baldías”. Eso no ocurrió hace 500 años, sino apenas hace poco más de 60 años y en parte sigue ocurriendo, lo digo con vergüenza.
-Tierras comuneras en los Cañizos Palo Quemao: Durante la independencia se le entregó en condición de tierras comuneras, extensiones a las comunidades afrodescendientes asentadas en la cuenca del río Yaracuy. Estas tierras les fueron arrebatadas en distintos periodos por la oligarquía terraniente hasta la década de los 90, cuando se produce la rebelión campesina y la consecuente represión adeca.
-La Gaviota, enlatadora de sardinas en el estado Sucre: sometía a las trabajadoras a jornadas laborales a destajo, no incrementaban la producción para mantener una oferta nacional baja, mientras sacaban el grueso de lo producido al exterior de manera ilegal, recibieron dólares de Cadivi y se fueron del país. La revolución ordenó la ocupación legal para evitar el cierre y preservar los puestos de las trabajadoras.
De manera general la lucha contra el latifundio ha sido justa, en tanto que de 30 millones de hectáreas para el año 1998 solo estaban en producción 2 millones de ellas, y en la mayoría de los casos eran tierras pertenecientes a la nación o que habían sido expropiadas por la fuerza a los indígenas y a los campesinos por parte de los terratenientes, como en los casos arriba referidos.
En cuanto a las empresas nacionalizadas, muchas de ellas eran propiedad de los venezolanos y venezolanas y habían sido subastadas a precio de gallina flaca a trasnacionales durante la década neoliberal, como son los casos de las cementeras y de Sidor, entre otras, que las llevaron a obsolescencia tecnológica, impusieron un régimen laboral precario y destinaban el mayor porcentaje de su producción a la exportación y al sector privado interno, limitando a las grandes mayorías del acceso a estos bienes.
En otros casos la revolución tuvo que ocupar y luego nacionalizar, porque empresas y fincas habían sido incautadas judicialmente por narcotráfico, por estafa cambiaria o bancaria. También ocurrió así en la mayoría de los centrales azucareros, que los propietarios se fueron del país para no pagarle deudas a la nación y dejaron en la calle a los trabajadores y trabajadoras. Recuerdo el caso del Central Azucarero Venezuela, en el sur del lago de Maracaibo, entre decenas que pudiera exponer.
En fin, queridos compatriotas, yo pienso que hacer justicia para la nación, para el campesinado, para las comunidades indígenas, para los trabajadores y trabajadoras nunca será un error. Chávez hizo justicia.
Lo hecho
En Venezuela existen, según datos del INE, cerca de 30 mil empresas, de las cuales 363 son empresas de propiedad nacional. Es decir 98,71 % son del sector privado y solo menos del 2 % son de propiedad social. Entonces, ¿cómo es que se puede decir que la política de nacionalizaciones es la causante de la actual situación económica?
Sin embargo, vamos a analizar tres de los sectores impactados por la política de rescate y nacionalización de tierras y empresas:
-Sector agroalimentario: de más de 30 millones de hectáreas con vocación agrícola, según el censo agrícola de 1998, la revolución rescató legalmente tierras propiedad de la nación en situación de ociosidad o dentro de los hábitats indígenas por una cantidad de 3.664.228 Has. Es decir, cerca del 10 % de tierras en estado improductivo. En ese mismo periodo se otorgó o reconoció la tenencia y uso privado de la tierra agrícola, por 7.990.149 Has., a través de la entrega de 226.839 títulos de regularización. (Fuente: INTI).
En paralelo se desarrolló un programa de desarrollo agrario integral a través de la innovación científico-tecnológica; financiamiento con tasas preferenciales, desarrollo de infraestructura de riego, subsidios directos e indirectos y organización para la producción mecanizada.
Es por ello que en los años de mayor de mayor avance en la lucha contra el latifundio se incrementó de 2 millones de Has. a más de 4 millones de Has. la superficie de siembra y se lograron picos históricos de producción de leche, carne, soya, girasol, maíz amarillo, café, cacao, entre otros; y se logró el autoabastecimiento en maíz blanco, arroz, hortalizas, frutas tropicales y tubérculos. Información reflejada hasta por las propias asociaciones privadas de productores. (ver portal Fedeagro).
En base al procesamiento de datos del Banco Central de Venezuela, se pueden mostrar estos datos comparativos en la década neoliberal, 1988-1998, el PIB Agrícola creció 8 % en la primera década del socialismo bolivariano, 1998-2010, el PIB Agrícola creció 31,4 %.
Estos avances en la producción agroalimentaria, combinados con una necesaria y equilibrada importación, hicieron que la FAO en 2013 nos certificara como uno de los pocos países que había logrado convertir el flagelo del hambre en una excepción.
-Insumos para la construcción: con la renacionalización de las industrias cementeras y de la siderúrgica se produjo la restitución de los derechos laborales a más de 20 mil trabajadores y trabajadoras. En el caso de todo el sector cementero, se logró incrementar la producción de 7 millones 600 mil toneladas, desde la nacionalización en 2008, hasta 8 millones de toneladas en 2012. La siderúrgica renacionalizada logró mantener los niveles de producción hasta 2010, cuando fue severamente afectada por la crisis energética y posteriores conflictos laborales.
Sin duda alguna que el logro más importante de la nacionalización de empresas en este sector es el logro humano de que más de un millón de familias hoy puedan leer este artículo bajo el techo de una vivienda digna.
-Telecomunicaciones: la renacionalización de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv) permitió incrementar los suscriptores totales desde aproximadamente 12 millones de suscriptores a 25 millones el día de hoy.
En nueve años de renacionalización, Cantv ha generado 30 mil millones de bolívares en impuestos, 14 mil millones de bolívares en dividendos y 24 mil millones en inversión.
Gracias a la renacionalización de Cantv, cuatro millones de nuestros hijos e hijas tienen derecho de acceso gratuito a las tecnologías de información, a través de una computadora Canaima.
Claro que hubo fallas
Que cometimos fallas en la ejecución de la política, claro que sí. ¿Quién puede negarlo? Y eso explica la actual situación financiera o productiva de algunas de esas empresas nacionalizadas. Pero es por lo menos una ligereza generalizar y decir que fue un error lo que algunos llaman expropiar y que en verdad fue nacionalizar, renacionalizar y rescatar activos para el pueblo. Ya nos advertía el comandante Chávez sobre esta conseja, en enero de 2011, en su mensaje anual en la Asamblea Nacional:
“Yo aplaudo las empresas privadas exitosas y que cumplan, como dice la Constitución, con su razón social y tengo que aplaudir las empresas socialistas exitosas y criticar aquellas que no funcionan tanto en un modelo como en otro, decía el Che Guevara, ese gran revolucionario, que el socialismo no puede estar reñido con la eficiencia, pero no sigamos satanizando, tratando de confundir, no, hay otros elementos que hay que mirar en profundidad”.
En este artículo enunciaré las que considero son las cuatro más importantes fallas que ha tenido el modelo de propiedad social. La primera falla que debemos reconocer es no haber hecho lo que Chávez orientó:
“Hay que construir el socialismo y es un invento, tenemos que inventarlo, pero tenemos que hacer siempre el plan para dónde vamos, pues, y aquí ya vamos perfilando para dónde vamos, una red de unidades productivas, pero eso tiene que ser acompañado con una red de unidades sociales de batalla, consejos comunales. Pero los consejos comunales, así como esta empresa, no pueden aislarse ella. Ella necesita los insumos, ella necesita conectarse no solo con unidades de distribución aguas abajo en el país, sino a lo mejor con Rusia, sistema internacional, no puede verse aislada ninguna empresa, ninguna unidad productiva”. Octubre de 2010.
Nunca se ha podido hacer de esa manera a pesar de los esfuerzos del propio comandante Chávez, nos topamos con un entramado de intereses que priorizaba y sigue priorizando al sector privado, la mayoría de las veces no al más honesto en la venta de nuestras materias primas, en las compras del Estado, en la asignación de un presupuesto de divisas para las compras de repuestos e insumos para las mismas.
Una segunda falla ha sido no haber asignado subsidios oportunos al presupuesto de aquellas empresas de propiedad social a las que les asignamos la tarea de vender a precios por debajo de sus costos de producción para que el pueblo tuviera acceso a esos productos, sin comprometer la operatividad de las mismas.
La tercera falla fue no haber detectado y frenado a tiempo y con mayor firmeza el concierto de funcionarios y empresarios de maletín que establecieron políticas para justificar una importación desmedida, que afectó la producción nacional con el fin de favorecer mecanismos de acumulación, no transparente, de riqueza.
La cuarta falla fue no ejercer un control riguroso de la distribución de la producción, especialmente de la subsidiada por nuestras empresas, para evitar lo que hoy es punta de lanza de la guerra económica: el bachaqueo y el contrabando de extracción.
Algunos compatriotas plantean que la creación de empresas mixtas con el sector privado es la manera de corregir lo que ellos llaman “el error de expropiar”. En verdad, las empresas mixtas son un desarrollo del modelo hecho por el propio comandante Chávez, mediante el Decreto Ley que promueve y regula las nuevas formas asociativas conjuntas entre el Estado, la iniciativa comunitaria y privada para el desarrollo de la economía. Nº 9.052 15 de junio de 2012.
Las empresas mixtas no son una rectificación de errores, sino una estrategia para dinamizar y democratizar aún más el sector productivo de propiedad social.
Eso sí, las empresas mixtas deben ser con empresarios productivos de verdad, no de maletín, deben hacerse de manera transparente y no entre gallos y medianoche y también recordemos a Chávez, deben hacerse con las Comunas, con los Consejos de Trabajadores y de Campesinos.
En los últimos días escuché con asombro que se está revirtiendo la propiedad de empresas nacionalizadas y tierras recuperadas a los supuestos dueños. ¿Dónde se discutió eso? ¿Bajo qué ley se está haciendo? ¿A quién le vamos a devolver propiedades? ¿A Mezerhane, Eligio Cedeño, Torres Ciliberto, Fernández Berrueco, al Grupo Saint Simón, Pérez Recao, Zuluaga? ¿A las trasnacionales que convirtieron en chatarra nuestras empresas estratégicas? ¿Vamos a devolver la faja petrolífera para que la vendan como carbón?
Yo solo reconozco la firme posición del compañero presidente Nicolás Maduro expresada en muchas oportunidades, una de ellas en diciembre de 2014 ante el Consejo Presidencial del Poder Popular de Comunas : “Lo que el Comandante Chávez recuperó para el pueblo, es sagrado”.
Compatriotas, por más difícil que sea la situación que atravesamos no podemos confundirnos. No es renegando de los valores y principios que nos han permitido construir el modelo de mayor protección e igualdad social que haya conocido el pueblo trabajador de Venezuela, que vamos a superar los actuales desafíos. El pueblo chavista lo tiene más claro que algunos dirigentes, por eso oigo cada día con más fuerza en las calles de nuestra patria, la expresión “Solo el pueblo salva al pueblo”. En eso me apuesto el alma.
“En nueve años de renacionalización, Cantv ha generado 30 mil millones de bolívares en impuestos, 14 mil millones de bolívares en dividendos y 24 mil millones en inversión…