Francisco ante los jóvenes en Cartagena de Indias: «No se dejen robar la alegría ni esperanza y rechacen de plano la violación de los derechos humanos
El papa Francisco concluyó ayer domingo la cuarta y última etapa de una significativa visita pastoral que incluyó a cuatro ciudades de Colombia: Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena, donde cerró su visita apostólica. Uno de los momentos más emotivo de estas jornadas del santo padre fue los encuentros que sostuviera con decenas de miles de jóvenes donde les habló con franqueza: «No se dejen robar la alegría ni la esperanza y recen por mí. Defiendan la justicia y fuerza de la ley pero rechazando la violación de los derechos humanos y ley del más fuerte.
Desde Venezuela asistieron delegaciones de fieles provenientes de Mérida, Zulia, Caracas, Miranda, lo mismo que cardenales y obispos recibidos en una audiencia especial en la capital.
Hay que destacar que un niño venezolano, Yarik Peña, rompió el protocolo al arribo del Príncipe de la Iglesia a la sede de la Nunciatura Apostólica, en Bogotá, quien se le acercó para entregarle una bandera de la patria de Bolívar, y le pidió orar por Venezuela, recibiendo un efusivo abrazo de Jorge Bergogglio.
Fueron cuatro misas campales que el papa Francisco ofició ante millones de fieles tanto colombiano así como de otros países que estuvieron atentos a los variados mensajes de su santidad.
En Cartagena de Indias, este domingo a las once y cuarenta presidió en el santuario el rezo del Ángelus y posteriormente a las 4:30 oficio la Santa misa en el muelle privado Contecar situado en Mamonal.
Una lesión en el rostro
Francisco sufrió este domingo una pequeña cortadura en la ceja y una inflamación en el pómulo izquierdo después de un frenazo del papamóvil que lo transportaba por un barrio de la caribeña ciudad de Cartagena.
«El papa está bien (…) Se le aplicó hielo y se medicó. Prosigue sin cambio alguno su programa de viaje», dijo a medios el vocero del Vaticano, Greg Burke.
El pontífice de 80 años saludaba a los cientos de personas que lo recibían en el marginal barrio de San Francisco cuando, por la multitud que se agolpaba en las calles, el vehículo que lo movilizaba frenó súbitamente.
La maniobra le hizo estrellarse contra el vidrio. Uno de los agentes de seguridad lo asistió al momento y le limpió con un pañuelo blanco el sudor y la sangre, que le alcanzó a manchar el simar (capa de la túnica blanca).
«Me dieron una piñada (puñetazo)», bromeó el pontífice al ser preguntado más tarde por periodistas.
Francisco, que cerró este domingo su visita de cinco a días a Colombia, siguió con su recorrido de 3,5 kilómetros hasta la plaza central de San Francisco, uno de los barrios más pobres de la conocida ciudad turística.
Posteriormente, el jerarca reapareció ante sus fieles con una curación en el rostro y su túnica limpia.
El papa viajó este domingo a Roma luego de abogar principalmente por la paz y la reconciliación en un país que busca superar un conflicto armado de cinco décadas. AFP
Jairo Garzón Romero
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