El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, dijo este lunes que si el gobernante chavista Nicolás Maduro continúa en el poder en Venezuela tras la inestabilidad de los últimos meses, el resto de países del continente pagarán el costo.
«Si la situación no cambia en Venezuela, si Maduro sigue en el poder, ese es un costo que tendrán que pagar todos los países de la región», indicó Almagro en un almuerzo con empresarios organizado en Buenos Aires por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP).
Almagro consideró que, de hecho, varios países de América Latina ya se ven afectados por «la exportación de la crisis» de Venezuela.
Se refirió a los millones de personas que han emigrado del país caribeño en los pasados años debido a la crisis humanitaria que ha conducido a una lucha por el poder entre Maduro y el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, que se proclamó presidente interino en enero pasado y es reconocido como tal por cerca de 50 naciones.
«Puede ser que para 2020 la cifra de migrantes venezolanos pueda llegar a los siete millones», indicó Almagro, quien habló de que el flujo migratorio conlleva «presión» sobre materias como «la seguridad y la salud» en los países receptores, aunque no especificó en qué sentido.
El titular de la OEA recalcó que en Venezuela se vive la forma de exclusión «más determinante y más grosera» entre las que padece la región, seguida por las coyunturas de Cuba y Nicaragua, expresó.
Tal y como ya hizo en intervenciones pasadas, el dirigente natural de Uruguay apuntó hacia Cuba como país que ejerce una «sanción» contra Venezuela y afirmó que la isla extrae «40.000 barriles diarios» de su aliado político.
«Es una sanción durísima en la cual no hay posibilidades reales de que la sociedad entera absorba ese costo», sostuvo.
Representantes de Gobierno y oposición venezolanos se reunieron en Noruega este fin de semana para tratar un posible diálogo en vistas a una resolución del conflicto que evite el enfrentamiento armado y la posibilidad de una intervención extranjera para apoyar a la oposición, escenario cuestionado por multitud de Estados.
Almagro no se refirió a esa posibilidad pero sí denunció la presencia en Venezuela de «22.000 cubanos que realizan tareas de represión civil y tortura» que, para Almagro, representan «una penetración militar armada que comenzó hace más de una década» y de la que el chavismo es «responsable».
Sobre ese diálogo mantenido con el Gobierno en el país nórdico, Guaidó señaló después que Maduro intentó manipularlos porque está en una posición «muy débil», mientras que el mandatario venezolano apuntó tras la reunión que había «buenas noticias» para construir «acuerdos de paz».
En su discurso en Buenos Aires, Almagro consideró que no se pueden «esperar soluciones» si Maduro sigue en el poder y llamó de nuevo a un proceso de transición democrática.
Almagro estuvo en la capital argentina después de haber ido de visita oficial a Bolivia, país que afronta elecciones el próximo 20 de octubre, día en el que el actual jefe de Estado, Evo Morales, aspirará a un cuarto mandato continuo, situación que parte de los críticos del mandatario consideran que conduce a la perpetuación en el poder del líder indígena.
El expresidente boliviano Jorge Quiroga afirmó incluso que la actitud de Almagro fue «vergonzosa» y lo acusó de haber hecho un «pacto» con Morales en orden de que ello favoreciera a la candidatura del primero a salir reelegido como secretario general de la OEA.
Almagro recalcó que existe una decisión de la Justicia del país andino que permite la candidatura de Morales y que esa sentencia merece «el mayor respeto» de la OEA, como el resto de sistemas judiciales de los Estados miembro, «con la excepción de Venezuela«.
El uruguayo pidió «altura, grandeza y responsabilidad» a los contendientes bolivianos y puntualizó que los comicios tendrán una «misión de observación electoral de los más altos estándares». EFE