El cantante de “rap” venezolano intentó calmar el desmadre que se registró ayer en el Parque del Este. Cantó tres canciones, incluida Makito, pero no pudo seguir, decepcionado y triste por el resultado de lo que era una iniciativa positiva
“Mano, me están diciendo que es una locura la cantidad de gente, no sé ni como vamos a hacer”, dijo en tono preocupado uno de los miembros del equipo del trapero más reconocido de Venezuela. Eran apenas las 10:00 am.
Ir al concierto “Banderas Blancas” en el Parque del Este suponía una pauta calmada, con la oportunidad de acceso al “backstage”, de conversar con Liomar Ricardo Acosta, cuyo nombre artístico es Neutro Shorty. Hablar sobre su trayectoria. Tal vez hacerle un par de preguntas sobre varias cosas delicadas. Es un personaje controversial y no teme responderle a nada.
A las 11:00 de la mañana seguía llegando gente por montones. Un miliciano en la puerta del parque solicitó que le abriera el morral, un proceso “normal”, en teoría, pero sorprende que exista una figura como esos militares “piratas”. Porque no era policía, ni guardia. Era un miliciano.
El primer cambio en el concierto se hizo el viernes. Originalmente iba a ser en la Concha Acústica del parque, pero se trasladó a lo que el chavismo bautizó con el nombre de un patriota: el Parque Simón Bolívar. El patriota favorito.
Obviamente, el público de esta figura del “trap” es joven. Muy joven. Algunos se comportaron a la altura, yendo alegremente a su concierto. Pero, lamentablemente, la actitud de la mayoría no fue la mejor.
Por ejemplo: les gritaban a las mujeres, atestiguamos varios grupos en eso. En un “plan” que va mucho más allá de un piropo y raya más en el acoso.
También fue evidente un problema de seguridad que arrancó desde el inicio. Parecía no haber un despliegue acorde al momento y a la multitud. Quizás no calcularon bien el arrastre de Neutro, un verdadero ídolo, especialmente en los barrios. También hay que mencionar la gran irresponsabilidad de llevar niños pequeños a ese tipo de eventos. Bebés, criaturas que no superaban el par de años.
Algunos miembros del “staff” de la compañía contratada revisaban a la gente, por encimita. Eran apenas cuatro vigilantes contra miles de personas fluyendo en el puente que comunica los dos parques. Al llegar, por fin, al sitio donde se planeaba realizar el concierto, imperaba el desorden.
Centenares de jóvenes apoderados de las gradas y otro par de decenas en los techos de instituciones oficiales que se encuentran en el lugar. Se respiraba un ambiente muy tenso. Desde el inicio estaban (y con razón) regañando a los jóvenes que empujaban a los que se encontraban más cerca de la tarima. Al principio sonaba como una amenaza vacía, pero no sería así.
Esto se puso feo
El equipo periodístico del portal El Estímulo hizo maromas para traspasar la seguridad hacia el “backstage”, pero no fue imposible. Los vigilantes estaban distraídos con una realidad que se acrecentaba. Unos cuantos de los más jóvenes y las mujeres comenzaban a desmayarse.
Al llegar y hablar con miembros del equipo cercano a Neutro y organizadores del evento, el rumor se hacía más fuerte: el evento se iba a suspender.
Entre cigarros y una conversación de esas en la que no estás mirando a la cara a los demás sino en modo de alerta y vigilante con lo que está a tu alrededor, se hizo una idea de la cantidad de personas asistentes: posiblemente más de 10.000.
Agua, pedían y gritaban por agua. Era como estar en un microondas. Los bomberos y Protección Civil activaron las mangueras del lugar y después de un tiempo, alegraron a la multitud mientras los bañaban.
Corina Smith estaba en una camioneta sola y en otra, presuntamente, estaba Neutro Shorty. A la primera señal de que el concierto “no iba”: Corina se fue. Tal vez por su propia seguridad.
La situación era comprometedora. No paraban de llegar desmayados y heridos que saldrán en reportes oficiales por doquier seguramente. Protección Civil nunca paró de recibir y atender a los heridos.
Neutro Shorty bajó del carro con una actitud extremadamente segura. Cualquiera diría que con arrogancia, pero era una calma que a él mismo le faltaba y que quería transmitirle a su público. “Falleció una niña”, dijo entre casi lágrimas una relacionista pública involucrada con el trapero y eso hizo que él mismo quisiera dar declaraciones. Andrea Calderón Rodríguez, de 14 años, murió aplastada por una multitud en las puertas del Parque del Este.
Neutro Shorty subió las escaleras hacia la tarima con su Dj, Young Papi Gordo, y miembros de seguridad. La panorámica era devastadora: los empujones hacían que el público se viera como un mar de gente. Nunca fue tan clara esa imagen hasta ese momento. El mar estaba “picado”.
Lo que hay que entender de la situación es que Neutro Shorty es un fenómeno casi continental. Cuando le lanzas este “mesías” a miles de “chamos” que tienen que lidiar, en su mayoría, con encontrar qué comer todos los días, se vuelven locos. Locos.
La muerte fue un accidente, además de un error de alguien en la producción o en la planificación de acceso y seguridad, pero accidente al fin. El error fue no calcular este fenómeno y subestimar al “monstruo” (en el buen sentido) del “trap” en Venezuela. Nada más que de la mano de su máximo exponente.
Neutro, el humano
Neutro, Liomar, Lio o como quieran llamarlo, ayer no era el trapero rudo que se ve en sus videos. Le ganaba la cara de preocupación, de dolor genuino.
Trató de calmar a su público e incluso los regañó. Las imágenes se hacían cada vez más fuertes, mientras por lo menos 10 niñas desmayadas eran trasladadas a un lugar seguro pasando como un saco de naranja. Young Papi Gordo, incluso, llamó fuertemente la atención a los miembros de seguridad para que socorrieran a la gente. No se daban abasto. “Hermanos, yo convoqué hoy a un concierto por la paz y hablando claro, hay algunos que ‘chocaron el carro’”. La analogía automotriz se refiere a equivocarse fuertemente, similar a “comerse la luz” y con esas palabras Neutro Shorty empezaría un discurso que lo definió como artista.
Muchos hablan mal de él, de su antipatía. Pero lo que se vio ayer fue a un gran trapero y rapero que se debe a su público y está dispuesto a nivelarse con ellos, está dispuesto a ofrecer otra fecha gratis (como lo hizo, financiada de su bolsillo y con apoyo de Pepsi) e incluso a regalarles un tema, aún cuando claramente estaba decepcionado, triste por el resultado de lo que era una iniciativa positiva. Y les brindó uno de los temas más icónicos de su carrera: Makito.
Diego Vega/El Estímulo