Cada día hombres y mujeres optan por la mezclilla para completar sus looks del día
De ropa de trabajo para obreros a la prenda de vestir más utilizada por hombres y mujeres en el mundo, así ha evolucionado el jean desde 1.800 cuando en la ciudad de Génova, Francia se inició el comercio de esta tela que con el paso de los años no ha abandonado su puesto de honor en los closets.
Aunque para muchos este estilo nos remite de forma inmediata a la cultura norteamericana, la investigación sobre el comercio de tela jean demuestra que surgió en las ciudades de Génova, Italia, y Nimes, Francia.
“Gênes”, la palabra francesa para Génova, pudo ser el origen de la palabra en inglés jeans, que en español significa vaquero. El jean de Génova fue un tejido de pana de «calidad media y de costo razonable», muy similar a la pana de algodón característica de Genoa, y fue utilizada generalmente como la ropa de trabajo.
Por su parte, en Nimes, los tejedores intentaron reproducir esta misma tela pero en lugar desarrollaron un tejido de sarga similar, que se hizo conocido como denim. Era más grueso, considerado de mayor calidad y utilizado en prendas como batas o guardapolvos. Casi todo el añil, necesario para teñir el material, provenía de las plantaciones del arbusto de añil en la India hasta el siglo XIX. Fue reemplazado por el método de síntesis de índigo, desarrollado en Alemania.
En el siglo XVII, el jean fue un textil crucial para las personas de la clase obrera en el norte de Italia. Esto se ve en una serie de pinturas de género de todo el siglo XVII atribuidas a un artista que se hace llamar “El Maestro de los pantalones vaqueros azules”. Las diez pinturas representan escenas empobrecidas con figuras de clase baja que llevaban una tela que luce similar al denim.
También se muestra la importancia de mezclilla en la historia del comercio textil. Los marinos genoveses usaban jean para cubrir y proteger sus bienes en los muelles de la intemperie.
Nada como un Levi Strauss & Co
La invención de la cremallera, de Whitcomb L. Judson, contribuyó con la evolución del jean, el cual se hizo popular en los Estados Unidos cuando Levi Strauss & Co introdujo en 1873 los vaqueros azules de mezclilla.
En 1851, un joven llamado Levi Strauss emigró de Alemania a Nueva York para trabajar con sus hermanos mayores. En 1853 se trasladó a San Francisco para establecer su propio negocio. Jacob Davis fue un sastre que frecuentemente compraba rollos de tela de la casa mayorista Levi Strauss & Co. En 1872, Davis le escribió a Strauss pidiéndole asociarse con él para patentar y vender ropa reforzada con remaches.
La idea de Davis era utilizar remaches de cobre para reforzar los puntos de máxima tensión, como ser las esquinas de los bolsillos y en el botón. Levi aceptó la oferta de Davis, los dos hombres recibieron la patente de EE.UU. No. 139.121, para una «Mejora de la fijación de aperturas de bolsillo», el 20 de mayo de 1873.
Davis y Strauss experimentaron con diferentes tejidos. Un primer intento fue el algodón marrón pato, una tela de peso inferior. Encontrando en el denim un material más adecuado para los pantalones de trabajo, comenzaron a usarlo para la fabricación de sus pantalones con remaches.
Una prenda que evoluciona
Inicialmente, los pantalones vaqueros eran simplemente pantalones robustos usados por trabajadores fabriles. Durante este período, los pantalones vaqueros de hombre tenían la cremallera en la parte delantera, mientras que los pantalones vaqueros de mujeres tenían la cremallera por el lado izquierdo.
Durante la época de la Segunda Guerra Mundial, se produjo un menor número de vaqueros, pero se introdujeron los ‘overoles de cintura’ que muchas veces los usaban los soldados estadounidenses, que a veces los llevaban cuando estaban fuera de servicio.
Después de que James Dean los popularizara en la película Rebelde sin causa (1955), usar pantalones vaqueros se convirtió en un símbolo de rebeldía juvenil. Debido a esto, a veces estaban prohibidos en los teatros, restaurantes y escuelas. Durante la década de 1960, el uso de pantalones vaqueros se hizo más aceptable, y por la década de 1970 se había convertido en la moda en general en los Estados Unidos como ropa casual.
La aceptación de los pantalones vaqueros continuó a lo largo de los años 1980 y 1990, hasta el punto donde los pantalones vaqueros son, en la primera década del siglo XXI, un elemento básico de vestuario, con el promedio los norteamericanos poseen siete pares.
Por: Yhanny Casares / ycasares@diariolaregion.net