La expulsión del embajador alemán en Venezuela, Daniel Kriener, “es una retaliación”, en opinión de los analistas Kenneth Ramírez y Mariano de Alba.
La acción del régimen de Nicolás Maduro busca intimidar al cuerpo diplomático acreditado en el país, pero no tendrá un efecto disuasivo sino contraproducente, advierten los expertos.
“Es una retaliación por el apoyo otorgado al presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, en Maiquetía a su regreso a Venezuela. El régimen está buscando subir el costo del apoyo presencial y logístico a la Asamblea Nacional y a los diplomáticos que están en Venezuela”, responde el abogado especialista en derecho internacional Mariano de Alba.
El pasado 4 de marzo, un grupo de embajadores de la Unión Europea y el encargado de negocios de Estados Unidos en Venezuela acudieron al aeropuerto internacional de Maiquetía, en Vargas, a recibir al líder de la oposición.ç
Tras el respaldo público, Kriener fue acusado por el canciller de Maduro, Jorge Arreaza, de estar alineado con la agenda de conspiración de sectores extremistas.
“El mensaje está dirigido a todos los diplomáticos que están en Venezuela y reconocen a la AN como único poder legítimo y, en consecuencia, a su presidente Juan Guaidó. El mensaje es: habrá consecuencias concretas si continúan apoyando tan frontalmente a Guaidó y a la AN. Es una clara amenaza y para ello utilizan la declaratoria de persona non grata que prevé la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”, argumenta De Alba.
Para el presidente del Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales (Covri), Kenneth Ramírez, el mensaje está dirigido concretamente a la Unión Europea “para que cese el activismo de cara a proteger a Juan Guaidó y a buscar una salida negociada en Venezuela y sea mucho más cauta en cuanto a sus acciones”.
“Es un error de cálculo del régimen de Maduro porque Alemania es líder de la Unión Europea y ya hablo de la posibilidad de imponer nuevas sanciones tras el bloqueo de la ayuda humanitaria y esto evidentemente agrava la situación y aumentará la presión”, señala.
El internacionalista subraya que las declaraciones del ministro de relaciones exteriores alemán, Heiko Maas, revelan que Alemania no cederá y, por el contrario, podría elevar la presión con sanciones económicas.
“El ministro exterior alemán avaló las últimas acciones de su embajador y dijo que no se extralimitó, que cumple con las instrucciones que envía Berlín, y que el apoyo europeo va a continuar hacia Juan Guaidó”, afirma.
Sobre el efecto que la expulsión de Kriener puede tener en el trabajo que realiza el Grupo Internacional de Contacto de la Unión Europea, Ramírez considera que Alemania aumentará la presión sin dejar de participar en este grupo.
“Maduro prefiere el mecanismo de Montevideo y no el Grupo de Contacto porque esto implica un mecanismo más estructurado orientado a la búsqueda de elecciones con condiciones y Maduro lo que quiere es un diálogo no estructurado que le permita comprar tiempo y ganar cierto tipo de oxígeno para tratar de desmovilizar a la oposición”, expresa.
¿La expulsión afecta el “blindaje diplomático” de Juan Guaidó?
Para Mariano de Alba, lo afecta en términos prácticos porque disminuye la capacidad operativa de las misiones diplomáticas que lo reconocen y están dispuestas a ayudarlo en el país.
“Medidas de esta naturaleza afectarán la capacidad de respuesta rápida de la misión diplomática de Alemania en Venezuela. También podrían llevar a otros países a tratar de dar un apoyo menos frontal a la AN y a Guaidó”, señala.
No obstante, considera que Maduro no tiene ni la capacidad ni la intención, por el costo político internacional que eso tendría, de aislar a todos los países que se le oponen.
Kenneth Ramírez sostiene que la embajada de Alemania “seguirá funcionando plenamente” bajo la autoridad de la encargada de negocios, Daniela Vogl.
“Esa encargada de negocios seguirá buscando apoyar a Juan Guaidó. Lo que cambia es que probablemente Alemania tome nota de la necesidad de tomar medidas contra más individuos del régimen de Maduro”, agrega.
¿El rol de Daniel Kriener era propio de un diplomático?
Ambos analistas coinciden en que el embajador no hizo nada contrario a la normativa internacional.
“No hay impedimento para que se traslade por el territorio nacional, para que declare a la prensa y para que tenga relaciones con los distintos poderes del Estado, incluyendo a la Asamblea Nacional y su Presidente. El argumento del régimen es político y es una retaliación”, reitera Mariano de Alba.
Para Kenneth Ramírez la actuación de Kriener era cónsona con la postura ya tomada por Alemania de desconocer a Maduro y respondía la amenaza de cárcel que pesa sobre Guaidó.
“Estamos en una situación de usurpación de la Presidencia en Venezuela y no es solo Alemania sino un grupo nutrido que forma parte de los 50 países que reconocen a Guaidó. (la expulsión del embajador) es una manera de tratar de atemorizar, de enviar un mensaje a países europeos como Italia, España y Portugal que quieren tener a sus diplomáticos acá porque tienen muchos connacionales en Venezuela”, concluye.
Efecto Cocuyo.