El oficial agregado de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), Ángel Eduardo Ramos, de 25 años, fue interceptado por sujetos armados que lo sometieron la noche del lunes en el barrio 5 de Julio de La Vega, cuando este cumplía con un procedimiento de verificación de personas, vestido de civil.
De acuerdo con la información extraoficial, el PNB estaba realizando el chequeo de unos sujetos, y uno de ellos logró dominarlo y despojarlo de su arma de reglamento. Luego le disparó y huyó.
Estaba adscrito a la División de Patrullaje Motorizado en la zona, y era de la primera promoción de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES).
Compañeros que estaban en el operativo lo trasladaron al hospital Pérez Carreño, donde ingresó muerto.
Tras el crimen, una comisión policial se internó en la zona y logró la captura de un sujeto, presuntamente involucrado en el hecho. Le incautaron un arma de fuego y lo identificaron como Oliver Terán.
Horas antes de este homicidio, había ocurrido el asesinato de la inspectora del Cicpc, Wendy Anahís Padilla, de 32 años, en la calle Páez de El Paraíso, específicamente a la altura de la prolongación de Puente Hierro.
La funcionaria estaba adscrita a la división contra la Delincuencia Organizada, recibió varios impactos de bala en el rostro cuando estaba llegando a la zona referida, a bordo de una mototaxi.
Fuentes policiales indicaron que la víctima iba camino a su residencia y fue atacada por dos sujetos que viajaban en otra moto y la seguían.
Uno de los móviles que investigan es el sicariato.
Con estos dos crímenes se elevó a 116 el número de funcionarios asesinados este año solo en la Gran Caracas.
El ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, se pronunció por estos dos asesinatos y dijo que lamentaba profundamente la pérdida de dos efectivos. «Estamos desplegados con equipos dedicados ala investigación exhaustiva de estos hechos. Los efectivos policiales deben estar muy prevenidos en las calles», dijo. EU
MMijares