Jesucristo está a la diestra del Padre para abogar por nosotros y solo a través de Él podemos acercarnos al Trono de Dios.
“…Cristo es el que murió pro nosotros más aún el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros” Romanos 8:34.
“Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos”, Ezequiel 33:11.
Dios, nuestro Padre Santo, nos ama tanto que a pesar de ser malos y pecadores, no dudó en enviar a su amado Hijo Jesucristo, el verbo hecho carne, Dios-Hombre; para que todos tuviéramos la oportunidad de ser perdonados y recibir la salvación y la vida eterna.
Pero es solo a través de la fe en Cristo, que podemos recibir esa bendición, ese regalo de Dios, gozar de la promesa del Padre.
Y así lo señalan las Santas Escrituras, “Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo”, 1ª Timoteo 2:5-7.
“Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres en que podamos ser salvos”, Hechos 4:1.
“Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie va al Padre sino es por mi” nos dice Jesucristo en el versículo 6, capítulo 14 del evangelio de Juan.
Hoy es el momento de reconocer tus pecados, confesarlos al Señor, arrepentirte y entregarle la vida al único mediador entre el Padre y nosotros, al único que perdona nuestros pecados, al único Salvador, Jesucristo.
El cristianismo no es una religión, es entregar nuestra vida a Jesucristo y aceptarlo como nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios. Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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