“Los que van a morir te saludan”
Seutonio
Cesáreo José Espinal Vásquez
cjev@cantv.net
En nuestro país no son gladiadores ni delincuentes los que están muriendo de hambre, por falta de medicinas, asistencia social, trabajo y por inseguridad sino, por el contrario, son seres humanos sin distinciones de clase social, raza, sexo o credo. Y no es ante el emperador romano Claudio, sino ante un modelo económico fracasado, aferrado el socialismo científico, marxista y comunista. Sus procedimientos han sido desastrosos, como también lo fueron los de la democracia capitalista, neoliberal y salvaje sin bondades; aquellos imponiendo sus métodos en tiranía y estos, por la fuerza del dinero. El llamado Socialismo del siglo 21, con piel de oveja democrática, no es más que el comunismo disfrazado, violando el más fundamental derecho de la excelencia humana, como es el libre desenvolvimiento de la personalidad. Es plausible la gran misión de viviendas, pero no solo se necesita tener techo, sino tener hogar y calidad de vida. Si se cierran empresas, si no existe producción agropecuaria, si no existe el principio de la resciliencia para superar las adversidades, todo se convierte en socialismo utópico y en una revolución fracasada. A la gente (al pueblo) no le importa el nombre de la doctrina, llámese democracia o socialismo, ni democracia capitalista, ni socialismo comunista, ni comunas, ni comisarios políticos, ni Carnet de la Patria. Los Clap son muy buenos circunstancialmente por algún desastre telúrico, inundaciones, etc., pero no pueden sostenerse en forma permanente, porque se le está cercenando a la gente su espíritu de superación, convirtiendo a la gente a mendigar comida, lo cual no es digno en una sociedad justa y además el Estado no lo resiste. La paz no se decreta, se obtiene con el respeto mutuo y es el gobierno el que debe dar ejemplos. Si bien se ataca a los gobiernos anteriores, no es menos cierto que todos y cada uno de los que ejercen la actividad pública actual son hijos de la democracia ‘puntofijista’. La oposición, en forma grupal con la MUD, se ha dedicado a criticar lo malo del gobierno pero han descuidado la estrategia política de prometer reacomodar con mejores beneficios la Misión Vivienda, definir con éxito la seguridad personal y la seguridad jurídica, el control de las inversiones privadas, solucionando las causas y no persiguiendo o amenazando con cierre de industrias y negocios, el deber de reactivar la producción agrícola y pecuaria y no tener una economía de puertos, que en resumen beneficia a otros países en detrimento del nuestro. El presidente Nicolás Maduro aún tiene oportunidad de ser el Gorbachov de Venezuela, cambiando este modelo económico que ha sido de hambre, enfermedad y muerte y dejar de pensar en la eternidad del poder público, que como público es transitorio. Las tiranías han pasado y deberá olvidarse lo del César y Brutus y de invasiones por el imperio yanqui. El voto es el arma de una sociedad libre, pero no saludando para morir con el Carnet de la Patria. Morituri te salutant.