El estado de Florida (EE UU), que en julio de 2020 encabezó la lista de contagios y muertes en el país que entonces reportaba más casos y fallecidos del mundo, vuelve a estar otra vez entre los lugares más afectados por el coronavirus.
Este estado ha registrado en la última semana una quinta parte del total de nuevos casos en EE.UU. y ha roto sus propios récords de olas previas.
Solo el pasado sábado, reportó 21.683 nuevos contagios, la mayor cifra del estado en un día, mientras el número de hospitalizaciones también rompió un récord este viernes, por tercer día consecutivo, con 13.427 ingresados, según datos del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
Con esta cifra, las hospitalizaciones en Florida representan el 23% de las que se reportan en todo el país.
Además, más niños son hospitalizados con el virus en esa entidad que en cualquier otro estado de ese país.
«Tenemos más pacientes con covid en nuestro hospital con este aumento que con el brote original», dijo a la prensa un funcionario de un hospital en Tallahassee, la capital del estado.
Florida ha registrado más de 39.000 muertes desde que comenzó la pandemia de coronavirus, según cifras de la Universidad Johns Hopkins.
Sin embargo, el estado vivió, como el resto de Estados Unidos, un notable descenso en contagios y muertes a medida que aumentaba la vacunación en meses previos.
Entonces, ¿cómo se llegó a esta nueva situación crítica?
Como suele suceder en los veranos, las playas de Florida se llenaron otra vez de turistas y las aerolíneas reportaron vuelos a sus principales destinos, ya sea Orlando o Miami, a niveles similares -y hasta superiores- que 2019, antes de que comenzara la pandemia.
Restaurantes, cines, centros comerciales y supermercados dejaron de hacer obligatorio el uso de las mascarillas.
Sin embargo, esta vida casi normal ocurrió mientras la variante Delta se esparcía por el país y en Florida se volvíó la dominante.