Con la bendición de los alimentos y un padre nuestro se inicia el almuerzo cada sábado y domingo que le proporcionan a más de 120 personas en los salones del templo católico de la parroquia “San Diego de Alcalá” en Ocumare del Tuy, municipio Lander.
Los alimentos son donados por cinco comercios de la entidad y los distribuye el equipo de la pastoral social, encabezado por Gloria Avendaño.
Los días sábados la atención es dedicada a unos 45 niños y adolescentes, quienes en su mayoría son llevados por sus padres a los que en oportunidades también les brindan un plato de comida, mientras que los domingos la prioridad es para los 85 abuelitos que acuden a alimentarse al recinto.
Avendaño contó que esta actividad social se inició con la celebración del primer aniversario de la panadería Inversiones Pasfino, cuyos propietarios quisieron realizar una labor, “pero sin que se les mencionara y, a través del padre Francisco Blanco, me asignaron esta tarea que hemos ido realizando con la participación de un grupo de religiosos”, dijo la entrevistada, al destacar que con el tiempo se han sumado la panadería Que Viva el Pan, Panificadora El Guanábano, el C.C. Eripaugat y el abasto El Cedro en El Calvario de Ocumare.
“Cuando iniciamos solo venían diez niños y 25 abuelos, pero ante la crisis social y el hambruna que se vive en el país la asistencia ha ido creciendo, por lo que solicitamos a entes públicos y privados sumarse a esta loable causa en beneficio de los más desposeídos”, acotó.
Avendaño señaló que a través de Cáritas de Venezuela se desarrollará un programa de alimentación para brindar comida a estos niños que en su mayoría están desnutridos, según el diagnóstico emitido por los especialistas en la materia.
Por último, destacó que quienes deseen colaborar pueden comunicarse con ella a través del número (0416) 927-75-37.
Cada historia es un drama
Tibysay Tovar es madre de siete niños. Ella, junto a sus vástagos, reside en la Urb. Las Tucacas, en el sector Vallecito, de la carretera vieja Ocumare-Charallave. Cada sábado camina desde su casa hasta el sector El Rincón de La Cabrera de esta entidad, cruza la barriada para arribar a la autopista Ocumare-Charallave, donde comienza a pedir cola para llegar al templo parroquial. “Salgo con mis hijos en busca de comida. La situación está difícil y la caja de alimentos que me venden del Clap es insuficiente para nuestro sustento”, dijo la mujer, quien espera recibir una ayuda oficial que le sirva para minimizar sus penurias. Tovar y sus descendientes presentan cuadros de desnutrición.
Argenis Negrín representa otra historia. Vive junto a su esposa y sus tres hijos de 2, 4 y 7 años en la Urb. Lomas de La Guadalupe de Ocumare del Tuy. “Nosotros pasamos hambre. Tengo nueve meses desempleado. El último trabajo que ejercí fue vender café, pero debido al incremento de los productos no pude seguir”, dijo el entrevistado, al resaltar que la caja del Clap que compra sólo cubre la alimentación de ocho días.
“Los niños están desnutridos y nosotros también. Mi esposa se ha desmayado en varias oportunidades”, dijo Negrín, al detallar que cuando tiene hambre se dedica a leer la biblia, para meditar la situación.
El hombre asegura que a diario sale en busca de algún empleo, pero lo poco que hace no le permite resolver la crisis que padecen.
MIP-TUY / Jean Carlos Rodríguez
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