La guerrilla colombiana se ha instalado en el selvático estado Amazonas, en medio de la indeferencia de las autoridades venezolanas y la preocupación de las colombianas, publica el portal panampost.com en un reportaje de la periodista Thabata Molina.
Amazonas es uno de esos estados de Venezuela que casi nadie conoce, más allá de saber que es el segundo más grande del país, o que comparte la frontera con Colombia por el oeste y con Brasil por el este; pero, recientemente, las alarmas de las autoridades se encendieron después que un informe militar admitiera la existencia de miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), explotando minas de oro y coltán en ese territorio, para generar ingresos.
Esta región cuenta con una población de apenas 178.670 habitantes, en una extensión territorial de 177.617 kilómetros cuadrados, en una zona absolutamente selvática, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas de Venezuela.
El texto elaborado por la Guardia Nacional y fechado en enero de 2015, a través de un Resumen de Información de Inteligencia (REIN), señala que “el comando tiene conocimiento de la presencia de columnas guerrilleras entre los sectores de San Fernando de Atabapo y Santa Bárbara del Orinoco”, en labores de explotación de oro y coltán.
De hecho, el gobernador de esa entidad, Liborio Guarulla, reconoció la existencia del problema y declaró al PanAm Post que la situación ha sido denunciada en reiteradas oportunidades en la Asamblea Nacional, pero que nadie se ha interesado por solucionarlo.
“A lo largo del río Atabapo se han llegado a contar hasta 24 balsas que están lavando la arena del fondo del río con mercurio para extraer oro, y eso ha contaminado los peces, ha desviado el curso del río. Realmente las autoridades venezolanas han hecho caso omiso, a excepción de una comisión de Colombia que en algún momento se presentó y quemó algunas balsas”.
“Esto ha seguido de una manera descarada, pero es que además no son solamente las minas de oro del cerro La Neblina o la naciente del río Orinoco, sino que en la actualidad, se están explotando las minas del municipio Manapiare que es más allá del Yapacana. Esas minas quienes las vienen explotando están vinculados a la guerrilla colombiana y a los mineros colombianos”, expresó Guarulla a través de una llamada telefónica.
En tierra de nadie
En los anexos del informe militar se hace referencia a episodios de enfrentamientos con guerrilleros colombianos en los que resultaron heridos efectivos militares, pero además, advierten que las comisiones castrenses apostadas en la zona han recibido llamadas extorsivas por parte de comandantes de las FARC.
El coltán es un mineral estratégico que se ha vuelto muy preciado en las últimas décadas, porque se utiliza para hacer piezas claves para el funcionamiento de productos electrónicos y teléfonos inteligentes. Su composición química es una mezcla de Columbio y Tantalio (de allí procede su nombre) y lo que lo hace tan valioso es que compañías internacionales lo buscan para elaborar condensadores.
Según el mandatario del estado Amazonas, los altos niveles de corrupción y la crisis institucional que vive Venezuela han hecho que situaciones como estas pasen desapercibidas por la ciudadanía, más allá de quienes viven en la región.
“El gran negocio en este momento en el estado Amazonas es el contrabando de combustible o de productos comestibles; la Guardia Nacional está distraída con estos temas y no con lo que tiene que ver con la minería o la soberanía de nuestro estado”, dijo Guarulla.
Las autoridades colombianas si han reportado el combate de estos irregulares en la zona fronteriza de Amazonas con Colombia. De hecho, en noviembre de 2014 fue aprehendido Juan José Rivera Suárez, señalado de ser pieza clave de las FARC, a quien se le incautó un cargamento de coltán y uranio, que se presumía había sido extraído de Venezuela.
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